Cuando se reunió con los Cardenales de USA para dar una respuesta a los escándalos sexuales, el Papa, con su sabiduría y en contra de todos -voces disidentes, el clero desafectado y al menos, un cardenal americano-, indicó que el celibato era parte de la solución, no del problema.
Y los hechos parecen darle la razón.
En 1992 la Arquidiócesis de Chicago examinó aprox. 2252 archivos de sacerdotes. Los resultados fueron: 40 curas –1.8 % era culpable de desorden sexual en algún momento de su carrera. De esos 40, sólo uno era pedófilo.
Otro estudio del Estado de Pennsilvania, a cargo del Profesor Philip Jenkins reveló que solo un 3 % de los curas son pedófilos. En cambio, en los hombres casados, los abusos de chicos se dan del 3 al 8 % según estos estudios.
Entonces, estadísticamente, los niños están mucho mas seguros dentro del celibato. Como dijeron los Cardenales de EU en su Reporte deL 24 Abril: "la relación entre pedofilia y celibato no puede ser científicamente sostenida."
Poniendo de lado la fijación que los Medios tienen con la Iglesia Católica es importante señalar, como recientemente lo hizo el Christian Science Monitor, que la mayoría de las demandas por abusos sexuales por año, aproximadamente 70 por semana, ocurren dentro de iglesias Protestantes de acuerdo al Informe del Ministerio de Recursos Cristiano. Cabe recordar que estas son iglesias donde los clérigos casados y voluntarios son predominantes.
Si el objetivo es parar el abuso ante nosotros, las estadísticas Protestantes prueban que el matrimonio no es una póliza de seguro. Como las víctimas en un 98% de los casos de abusos demandado en el Catolicismo eran adolescentes de sexo masculino, permitir el casamiento a los sacerdotes (con mujeres) parece ser una solución sin sentido. Aquí, directamente no hay correlación entre la ofensa y el correctivo. Es como ofrecerle a un cura alcohólico el título de propiedad sobre una lechería y declararlo curado.
La verdad debe ser dada a conocer: Estos escándalos no fueron causados por el celibato. Estos escándalos fueron causados por una ausencia de celibato. La antigua doctrina tuvo unos malos momentos en los últimos meses. Ahora, calumniarla solo por ello seria un error muy grave, mas comparándolo con toda la bendecida historia de la Iglesia.
Si uno cree en el folclore de la TV, el celibato era algo "impuesto a la comunidad sacerdotal" durante la Edad Media para evitar que los hijos de los clérigos heredaran la propiedad de la Iglesia.
Si me hubieran dado una moneda cada vez que escuche esto, ahora seria rico.
Para empezar, Cristo en persona era célibe así que no es una sorpresa que ya en la Iglesia joven y las Escrituras mismas aconsejaran y alabaran la practica. En el Evangelio de San Mateo, Cristo elogia a aquellos que "hacen de si mismos eunucos para mayor bien del reino de los cielos". En su primera carta a los Corintios San Pablo, otro célibe, escribe: "El hombre célibe está preocupado de las cosas del Señor... pero el hombre casado esta preocupado de las cosas mundanas, o como atender a su mujer, y sus intereses están divididos".
Desde la era de Cristo en adelante el celibato fue la norma para sacerdotes –los religiosos casados eran meramente tolerados. El hecho es que durante el siglo IV cuando había un poco de duda al respecto la Iglesia tomo una posición sólida. En el año 385, el Papa Siríaco confecciono el primer decreto papal sobre el celibato sacerdotal. Cinco años después, el Concilio de Cartago anunció: "Los concilios previos han decretado que los obispos, sacerdotes y diáconos deben ser total y perfectamente castos, si se convierten en ministros de Dios, tal como enseñaron los Apóstoles". Debido al Concilio de Toledo en el 633, se necesitaba el permiso del obispo para que un sacerdote se casara. Finalmente en 1139, el Papa Gregorio VII declaró el celibato obligatorio para todos los sacerdotes; formalizando bajo ley lo que ya era una práctica general por centurias.
Y la patraña esa que la protección de los derechos de posesión de la Iglesia llevó el Papado a la disciplina del celibato tampoco es verdad. Pero hay una explicación espiritual para ello. A comienzos del Siglo III se les requería a los sacerdotes casados abstenerse de tener relaciones sexuales la noche anterior a ofrecer Misa. El sentido era: Sepárense ustedes de las cosas mundanas y concéntrense en lo trascendente. Como la demanda por los sacramentos se incrementó, estos hombres fueron absteniéndose de sexo una y otra vez. De esta manera, como toda cosa en la Iglesia, una práctica que hunde sus raíces en la tradición evolucionó con el paso del tiempo, y eventualmente fue codificada en ley.
En estos tiempos cuando el mundo esta tan echado a perder por lo desviado o lo degenerado, donde todo misterio es dejado de lado, estos hombres y mujeres célibes aparecen como una contradicción: gente que guarda la parte mas preciosa de si misma sólo para Dios. El mundo necesita estos ejemplos y esta pureza más que nunca.
Como último análisis tenemos razón y derecho a condenar, y llevar a la justicia a aquellos clérigos no-célibes (han ultrajado su celibato) culpables de esos crímenes nefandos, pero no carguemos contra aquellos que devotamente observan sus votos con Dios y se mantienen firmes a través del sagrado y bien hollado camino del sacrificio.
Raymond Arroyo es director de noticias y conductor de The World Over en EWTN, la red de noticias religiosas mas grande del mundo. Escribe de New Orleáns.
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