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También en Extremadura, región de España de donde salieron los héroes que conquistaron y civilizaron América. También en esta tierra, "La Junta de Extremadura aprueba el anteproyecto de Ley de las Parejas de Hecho". Siguiendo la estela de esa minoría de países capitalistas, ricos, progresistas y "hartos de sopas" de Europa y Norteamérica. El Gobierno de Extremadura se incorporará a una más que discutible Ley de Parejas de Hecho. Dice inspirarse en el artículo 39 de la Constitución. Basta coger un buen abogado y las leyes servirán para justificar cualquier cosa por muy injustificable que sea, así que:

"como la Constitución no alude a un modelo de familia determinado ni predominante, «se debe hacer una amplia interpretación de su articulado consecuente con la realidad social actual» ¿Por qué se debe hacer? ¿Qué existe ahora que no existiese antes? Lo cierto es que cuando se elaboró la Constitución española no había más que un sólo modelo de familia, la que se derivaba del matrimonio de un hombre con una mujer, casados por la Iglesia o por lo Civil, y ese modelo sí era, y sigue siendo predominante en España.

Ahora se pretende un nuevo modelo de familia, no fundado exclusivamente en el vínculo matrimonial, sino en el afecto, el consentimiento y la solidaridad libremente aceptados. ¡Anda carajo! ¿Pero no son esos vínculos en los que se basa el matrimonio tradicional, o es que hemos descubierto la pólvora?

 

Con pequeñas variaciones de un país a otro, "el matrimonio se define como la unión entre un hombre y una mujer , legalizada con las ceremonias religiosas o civiles constituidas, para construir una familia". Algunas parejas de hecho, como la formada por homosexuales de hombres o mujeres es obvio que ni deben ser llamadas NI familias ni constituir un matrimonio; nómbreselas con el nombre que se quiera, pero no prostituyamos las palabras familia ni la de matrimonio. En Alemania a las relaciones del mismo sexo, oficialmente, no se las llama "matrimonios" sino "Sociedades de Vida Registradas", y no les dan las mismas ventajas fiscales que a las parejas heterosexuales.

Tampoco deberían recibir el mismo trato por las administraciones, ya que no pueden tener hijos, ni criarlos, ni educarlos. Algunos no se han enterado aun de que: Si no hay hijos no hay familia, y si no hay familia, no hay sociedad ni buena ni mala. Además, nadie sabe que ninguno de nuestros gobernantes haya dado en adopción a uno sólo de sus hijos a una pareja de homosexuales.¡ Vamos a dejarnos de coñas marineras! Pequeños grupos de presión, muy poderosos , de políticos y homosexuales, cada uno por motivos oscuros y diferentes, y contando con poderosos medios de difusión, parecen empeñados en destruir la familia. Eso sí, siempre en nombre de la democracia, de la libertad y del progreso. ¡Faltaría más!

 

Los políticos tanto de izquierda como de derechas - en esta materia empiezan a parecerse demasiado - les importa un comino la libertad, la igualdad, la protección familiar...; de la que, dicho sea de paso, en España, nadie se ocupa seriamente. Lo único que les importa es el temor a esos grupos de presión, y que han visto una pequeña bolsa de votos en estas personas , que pueden significar el poder; y, ¡Eso, eso si que les importa!, aunque tengan que cargarse a "la familia y al matrimonio" de verdad

"Al pretender igualarse –en lo legal-, pues en lo real y legítimo es imposible con la familia genuina, intentan claramente trivializar, rebajar y socavar ésta al nivel de una carnavalada. La indecencia de los Rodríguez Zapatero (Jefe de la oposición socialista) y los Ruiz Gallardón ( Aspirante a la alcaldía de Madrid por el partido PP) llega al colmo cuando pretenden hacer de los niños (que no votan, claro), las víctimas de su demagogia seudoigualitaria.. La adopción por homosexuales es como optar por la enfermedad por principio". Para más INRI, en este momento, sobran matrimonios normales dispuestos a adoptar a un pequeño, a lo que se ven impedidos por múltiples requisitos burocráticos; tantos que al final se ven obligados a adoptarlos en países extranjeros y pobres. Sin embargo, vamos a legislar para facilitar las adopciones a los homosexuales.

 

Estamos es «un momento histórico dificilísimo para la supervivencia de la familia», puesta en peligro por una «manipulación cultural que ha llegado al punto de reconocer las "parejas de hecho" y las "parejas homosexuales" con los mismos derechos de las parejas con el matrimonio civil o sacramental». Mejor será que desenmascaremos lo que estas leyes suponen: Un furibundo ataque a la familia y al matrimonio, piedras angulares de nuestra sociedad. Cuanto más rica es una nación o una persona más se aleja de Dios, de los hombres y de toda moral. Creen no necesitar de nadie ni de nada. El dinero es su Dios. Por el contrario, para los pobres, la familia es su mejor y único tesoro. Vaya V. a predicar estos matrimonios entre los mahometanos, y antes de contar hasta tres les habrán rebanado el pescuezo, sin haberse rebajado ni siquiera a entrar a discutir esta materia.

No todo es dialogable, y está más que archisabido que de la discusión raramente sale la luz, cuando en el diálogo no se parte de un tronco común. La táctica es muy sencilla :Se ponen en circulación las ideas más absurdas, malvadas y dañinas. Verdades muy elementales aparecen completamente oscurecidas y desquiciadas en asuntos como el que nos ocupa. Al principio los afectados se alborotarán; pero una vez que se han repetido mil veces esas ideas, se empiezan a considerar como posibles y normales. La legalización se transforma es un hecho progresista. Los políticos de medio pelo sacan pecho. El personal ha sido engañado. El grupito de presión ha triunfado. La moral, la ética han bajado otro escalón. Las personas se animalizan un poco más de lo que ya están.

 

En una familia normal, de un hombre y una mujer, se tienen hijos, se crían, se educan; muchas noches se pasan sin dormir, cuando están enfermos, a veces crónicos; se padece con ellos en los exámenes, en las oposiciones, en el trabajo cuando lo tienen o cuando falta. El alma de los padres tiembla cuando se echan novio las hijas, cuando se casan y cuando vienen los nietos. El alma de los padres sufre cuando los matrimonios de los hijos cruje o se desintegra, cuando los nietos quedan sin padre o madre, cuando los hijos se quedan en el paro y los ancianos tienen que empezar, otra vez, a criar y educar a los pequeños cuando han llegado a la edad de la jubilación, del descanso y de las pocas fuerzas para seguir en la batalla diaria. ¿Para pasar por esto piden también igualdad los homosexuales? ¿O mas bien es la igualdad, sobre todo en el aspecto económico, no nos engañemos, lo que les mueve? ¿Están dispuestos a pasar con su paga mensual para ellos solos o repartirla entre 4, 5, o 6 personas?

 

Por esto, entre otros motivos "Los obispos españoles, han llamado la atención de la opinión pública de nuestro País, para que se sepa distinguir el trigo de la paja, lo verdadero de lo falso. Hay que acoger y respetar especialmente, como personas que son, a quienes sufren tendencias homosexuales. Pero hay que decir también bien claro lo que parece obvio: "no puede constituir una verdadera familia el vínculo de dos hombres o dos mujeres, y mucho menos se puede atribuir a esa unión el derecho de adoptar niños".

Sin embargo, los creyentes de los "Países occidentales", antes llamados "cristianos" aguantan sin rechistar, pasivos y acojonados ataques a sus principios y creencias que en otras religiones son intolerables. "Ojalá fueras frío o caliente, mas porque eres tibio y no eres caliente ni frío, estoy para vomitarte de mi boca". En el Apocalipsis se escupen ya estas palabras para algunos cristianos de la primera época. Nada nuevo. El homosexual ha sido, es y seguirá siendo distinto. Las leyes no lo cambiarán. Lo que si ha cambiado, afortunadamente, es la comprensión y el respeto para su condición, comprensión y respeto que no presupone igualdad para todos y para todo.

 

Recordemos que en Ontario, Canadá, en 1994, los parlamentarios aprobaron de forma aplastante: "Que en opinión de esta Cámara, es necesario, a la luz del debate de las decisiones recientes de tribunales, establecer que el matrimonio es y debería permanecer como la unión de un hombre y una mujer con la exclusión de todos los demás".


Para rematar, resulta que en Extremadura hay 3.200 parejas registradas, de ellas 196 parejas de hecho, de las que 188 son heterosexuales y 8 homosexuales. Otra vez tropezamos con... "El parto de los montes" ¿Y para esto tanta bulla? ¿Qué es lo que realmente se pretende? ¿Saben realmente nuestros políticos lo que hacen?

Alejo Fernández Pérez
Mérida, 1 de noviembre de 2002

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